Se sabe que la dieta mediterránea es saludable para el corazón y ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Los investigadores encontraron que la dieta también puede mejorar la condición física. Sin embargo, aún no está claro si realmente ayudará a prevenir o curar ciertos tipos de enfermedades cardiovasculares.
La dieta mediterránea se caracteriza por comer muchas verduras, frutas, cereales integrales, aceite de oliva, frutos secos y pescado. Es bajo en grasas saturadas y sodio, y fomenta cantidades moderadas de productos lácteos y carnes rojas.
Varios estudios sugieren que una dieta mediterránea puede mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Los estudios han encontrado que la alta adherencia a la dieta se asocia con un menor riesgo de fragilidad. La fragilidad es el resultado de una serie de enfermedades crónicas y puede afectar la calidad de vida de las personas mayores.
Otro estudio de la Universidad de Florencia analizó a casi 13 millones de participantes y descubrió que aquellos que seguían una dieta mediterránea tenían un riesgo reducido de muerte. Un gran estudio de 2013 en España encontró que aquellos que siguen una dieta mediterránea tienen un menor riesgo de eventos cardiovasculares.
Otros estudios muestran que la dieta también puede contribuir a un menor riesgo de deterioro cognitivo en adultos mayores. Además, se ha descubierto que puede tener efectos protectores sobre ciertos tipos de cáncer, incluidos el cáncer de colon y el cáncer de próstata.
Según la American Heart Association, una persona debe beber al menos dos copas de vino al día. Para las mujeres, una porción de 5 onzas se considera saludable. El vino debe consumirse con moderación y puede disfrutarse con las comidas.
Si no eres un bebedor de vino, puedes obtener algunos beneficios para la salud de las almendras. Son una excelente fuente de potasio, proteína y fibra. Además, las almendras tienen la capacidad de reducir los azúcares agregados y el sodio, que contribuyen de manera importante a las calorías vacías.
Otro estudio que involucró a un grupo de más de 2,000 mujeres encontró que aquellas que se adhirieron a una dieta de estilo mediterráneo tenían una mejor forma física que sus pares. En comparación con los controles, aquellos que se adhirieron a la dieta tenían calificaciones más altas de aptitud cardiorrespiratoria, aptitud musculoesquelética y aptitud de habilidades motoras.
A pesar de que la dieta mediterránea puede contribuir a una salud óptima, se necesita más investigación para comprender sus posibles efectos sobre los factores de riesgo cardiovascular. Específicamente, es importante determinar cómo una dieta mediterránea afectará la presión arterial, el colesterol total, el colesterol LDL y la diabetes. Si bien la dieta puede ayudar a mantener abiertos los vasos sanguíneos y eliminar el exceso de colesterol de las arterias, se necesita más evidencia para confirmar un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Finalmente, es importante recordar que una dieta mediterránea no es una opción ideal para quienes son veganos o vegetarianos. Algunos de los alimentos que promueve, como las aves y la carne roja, pueden aumentar el riesgo de enfermedades. Aquellos que eligen comer carne deben limitarla a porciones pequeñas y comerla con moderación.
Una de las mejores características de la dieta mediterránea es su énfasis en alimentos ricos en nutrientes. Los alimentos ricos en nutrientes incluyen verduras, frutas y legumbres. Estos tipos de alimentos están repletos de vitaminas, minerales y fitoquímicos.