El Real Madrid logró una victoria impresionante contra el Napoli en su propio terreno, el Santiago Bernabéu, al revertir el marcador y garantizar su pase a los octavos de final de la Champions League. En un encuentro de gran relevancia, el Real Madrid aseguró su paso a los octavos de final de la Champions League al vencer al Napoli con un marcador de 4-2.
Con un desempeño destacado de Kroos, Bellingham y Rodrygo, el Real Madrid impuso un dominio abrumador en el centro del campo. En tan solo once minutos, lograron revertir un marcador desfavorable de 0-1: Rodrygo igualó el encuentro a los 11 minutos y Bellingham amplió la ventaja a los 22 minutos.
Bajo la búsqueda de la identidad que les llevó a conquistar la última liga italiana y con el regreso de Walter Mazzarri como entrenador, el Napoli se vio condicionado por la condición física de Osimhen, quien, tras su lesión, no estaba en condiciones de jugar más de 45 minutos. A pesar de estas limitaciones, el equipo se mantuvo firme y supo esperar pacientemente su momento.
El momento esperado para el Napoli llegó después del descanso, cuando el bloque de Ancelotti redujo su intensidad, mostrando signos de desgaste y careciendo de sustitutos frescos. Fue entonces cuando Anguissa anotó un gol tempranero. A pesar de un centro erróneo, recibió el rebote y disparó con potencia, resultando imposible para Lunin detener el balón.
El Real Madrid extrañaba las contribuciones constantes de Bellingham, quien se veía condicionado por un dolor en el tobillo después de una mala pisada, al igual que el control del balón. El equipo fue castigado por la velocidad de Kvaratskhelia en los contraataques cuando se aventuró en busca del triunfo. A pesar de una elección desafortunada por parte del georgiano, el esfuerzo defensivo salvador de Valverde impidió que se concretara la remontada.
Fue el cierre para el Napoli antes de ser acorralado por la determinación del Real Madrid. Aunque el empate aseguraba al equipo blanco el liderato, la filosofía competitiva del club siempre lo impulsa a buscar más en su torneo predilecto. Ancelotti intensificó la presencia en el área rival con la entrada de Joselu, y esto marcó un cambio significativo en el curso del partido.
En el momento en que Joselu ingresó al campo, en su primer contacto con el balón, estuvo a punto de marcar tras un córner. Remató con el muslo un centro impecable de Mendy desde el lado izquierdo. A pesar de tener todas las condiciones a su favor, desaprovechó la oportunidad, un momento temido por cualquier delantero.
En una brillante acción de calidad de Bellingham, se generó un balón suelto que remató de cabeza con potencia y sin control. El portero estaba vencido, sin nadie que pudiera evitar el gol. El Real Madrid continuaba generando oportunidades, pero se encontró con Meret, quien se destacó al salvar un cabezazo de Rüdiger. Sin embargo, la noche soñada fue impulsada por el descaro del más joven, las ansias de brillar de un canterano: Nico Paz. Recibió el balón entre líneas, se deshizo de su marcador con un giro rápido y soltó un potente disparo con la zurda que complicó al portero y resultó en su fallo.
La noche ya era perfecta para una plantilla bien reforzada. Solo faltaba el gol de Joselu, quien lo buscaba con una tijera espectacular y perdonaba otra oportunidad clara a centro de Carvajal. Justo cuando parecía que se cerraría la persiana del Bernabéu para dejar atrás lo vivido, llegó el regalo de Bellingham, marcando su primer gol en la Champions League y añadiendo un toque especial al éxito del equipo.