A pesar de la euforia generalizada en Argentina tras la victoria reciente contra Brasil en la sexta jornada de las Eliminatorias Sudamericanas 2026, una noticia relacionada con el futuro de Lionel Scaloni ha generado inquietud tanto en el equipo como en la afición de la ‘Albiceleste’.
Después del pitazo final en el Estadio Maracaná, el director técnico del equipo argentino puso en tela de juicio su continuidad, expresando la necesidad de que el actual campeón del mundo cuente con alguien que tenga ‘todas las energías posibles’.
“Me gustaría tomarme un tiempo para reflexionar, ya que siento que esta selección requiere un entrenador con la máxima energía posible”, declaró el estratega que llevó a Argentina a la gloria como campeones mundiales en Qatar 2022 y vencedores de la Copa América en 2021.
El anuncio de Scaloni sorprendió a los periodistas argentinos, ya que lanzó la noticia al responder la última pregunta de la rueda de prensa. Su declaración cayó como una bomba, especialmente porque el técnico se mostró reticente a proporcionar más detalles o explicaciones cuando fue interrogado sobre si estaba considerando la posibilidad de renunciar.
“Ahora es momento de hacer una pausa y reflexionar. Tengo mucho en qué pensar durante este tiempo. Estos jugadores nos han brindado mucho, y necesito tomarme el tiempo necesario para reflexionar”, expresó el entrenador al referirse al periodo que se abre hasta los próximos partidos de las eliminatorias, programados para septiembre del próximo año.
“No es un adiós. Necesito reflexionar porque la expectativa es muy elevada”, agregó el entrenador argentino al hacer referencia a las crecientes presiones, especialmente después de la histórica derrota que la ‘Albiceleste’ sufrió el jueves ante Uruguay en La Bombonera.
La victoria lograda este martes contra su tradicional rival permitió a Argentina mantenerse como líder en la clasificación de las eliminatorias para el Mundial de 2026, al tiempo que sumió a Brasil en una profunda crisis. Esta derrota representa un hito negativo para la selección brasileña, ya que nunca antes había perdido tres partidos consecutivos en eliminatorias y jamás lo había experimentado jugando como local.